viernes, enero 08, 2010

Marzo 2004


Mi tiempo ya sólo se cuenta como A2004 o D2004

A veces el tiempo es algo tan flexible y maleable que sucesos que ocurrieron hace muchos años pueden ser recordados por toda una eternidad. Eso se debe, dejando aparte la relatividad de Einstein, a que fueron momentos de un gran valor emocional para nosotros. Horas que se vivieron como días y días como meses. Algo como eso comenzó la semana del 8 al 14 del 2004 y no fue la victoria de Zapatero en las elecciones.
La perfección tiene un rostro, el tuyo

¿Por qué, pese a que ya hayan pasado casi seis años desde aquella fecha, todavía hoy recuerdo con gran vivacidad todo lo que experimenté por entonces? No tiene otra explicación. Algo importante sucedió, muy importante para mí. ¿Cómo trasladar a otra mente, con otras vivencias, con otra manera de valorar la vida, con otras prioridades, con otros intereses, lo que yo sentí en aquellos momentos?

¿Cómo perdonarme por no haber sido capaz de decir ni una sola palabra en aquel ascensor? ¿Cómo olvidar que mi fuerte nunca fue el dirigirme a las personas cara a cara? No lo olvidaré nunca, no me perdonaré nunca. Pero aún así sé que hice todo lo humanamente posible a mi alcance en aquel momento y que mis emociones estaban a flor de piel y que mis intenciones eran claras y firmes, también algo ingenuas. Yo soy así.


Tras esta puerta puede estar la chica de tu vida...

Estoy convencido de que en mi vejez recordaré esos momentos como los más valientes y de mayor honestidad de toda mi vida. La primera vez, espero que no la última, en la que luchaba por lo que yo creía y amaba con todas mis fuerzas, a mi peculiar y estrafalaria manera.

Este mensaje sólo va dedicado a una persona, aunque puede ser comprendido por muchas. Existen muchas mujeres bellas en el mundo; en mi ciudad existe sólo una, porque no he tenido, tengo o tendré ojos para nadie más.


El duro camino hacia el amor...

Una de las razones por las que Alemania se ha convertido en mi destino turístico favorito. No voy buscándote a tí, ya te encontré y dictaste tu sentencia. Intento engañarme con encontrar una persona parecida a lo que tú me sugerías: una chica cosmopolita, educada, culta, inteligente, sencilla, alegre, abierta al mundo y a los demás, con una sonrisa espléndida y unos rasgos que no son de este país, ni de este planeta. La perfección para mí existe, eres tú.

Cuando yo oía esas conversaciones que tenías con tu grupo de amigas, ¿cómo no sentir envidia por los comentarios inteligentes, por la camaradería, por la alegría sin límites que derrochabais? Quería formar parte de aquella especie de selecto club cuyo único fin parecía ser el pasar un buen rato. Algo que por circunstancias de mi vida en aquel momento me resultaba un reconfortante ejemplo que me ayudaba a seguir adelante. El sólo hecho de verte un día más ya resultaba todo un triunfo, toda la monotonía de mis estudios quedaba eclipsada tras comprobar tu felicidad un día más. Siendo tú feliz yo lo era todavía más, me sentía tremendamente recompensado.


Soy un romántico empedernido, no lo puedo evitar...

Algunos podrían decir que era víctima de un enamoramiento pasajero. Pues bien, será un enamoramiento adolescente, será una cándida emoción de un corazón atormentado. Todo, menos pasajero, pues aún continúa. Eres capaz de brindarme lo mejor de mí mismo, aún sin conocerme. Yo sé que eres imperfecta, que eres insegura, intransigente, altiva, cortante a veces. Todos tenemos aristas, pero la vida nos pone a alguien al lado que puede limarlas. Esa persona soy yo. Estoy convencido, mi destino eres tú. Ni el mismo Dios es capaz de ofrecerme tal certeza.

Me gusta imaginar acontecimientos que nunca existirán. Precisamente esa es, diríamos, mi segunda profesión. Espero una situación hipotética, con la misma inocencia que un niño espera a sus regalos de los Reyes Magos, acurrucado en su camita. Por un momento soy capaz de verte, topándote por casualidad con este blog y escribiendo un comentario. Nada más. Eso sería el colmo de la felicidad, soñar es gratis.


Paz Vega no tiene nada que hacer a tu lado...

Podría estar escribiendo durante horas pero la concisión es uno de los lemas no escritos de mi blog, así que es momento de terminar. Si lees esto, sabes quien soy (no tienes más que rebuscar en la página y encontrar allí algunas de mis escasas fotos). Por alguna razón que desconozco el rojo es una especie de símbolo para tí, también lo es para mí, probablemente por razones distintas y seguro que en mi caso más dolorosas. También sé que prefieres trabajar escondida en un rincón a presentar tu bonita cara al público, como yo.


Perdóname si sufrir por amor es un pecado... ¿soy un masoquista?


Aquellos días en la biblioteca fueron para mí increibles, todos ellos. Quizás te parezca una especie de amante del romanticismo más caduco y decimonónico, tal vez lo sea. El amor llena nuestras vidas y yo lo he vivido al menos una vez gracias a tí. Gracias.

Tal vez leas esto dentro de cinco años, probablemente nunca, pero estoy seguro de una cosa, que yo seguiré pensando en tí siempre.

Un beso, sólo pido lo imposible.

Marzo, Año 2004, Biblioteca Provincial de Burgos. ¡Está sucediendo ahora una vez más en mi imaginación!

Te espero. ¡Empecemos de nuevo!



PD: 4 pistas de música de aquellos días con mucho significado para mí:

- Mind of the Wonderful - Blank and Jones


- Leaving New York - REM

http://www.youtube.com/watch?v=tCvnGxfBfiw

- Aftermath - REM


- Morgenstern - Rammstein


- Evanescence - My immortal


+ un capítulo de la serie "Mas allá del Límite", "Cambio de piel", que representa exactamente todas las luchas internas que tienen lugar en un chico del montón cuando encuentra la posibilidad de conseguir todo lo que siempre ha deseado en su vida. Yo mismo no lo explicaría tan bien a pesar de haberlo sufrido.

Epílogo: tal vez haya imbuido de cualidades muy significativas para mí a una persona que no lo merece, cuyo único don es una apariencia intachable. Quizás me haya equivocado, una vez más. Y sin embargo, he visto decenas de chicas tremendamente bellas en mi vida y nunca he sentido nada como esto. El amor es ciego y nos ataca donde más duele. Será el momento de aceptar la cruda realidad. Hay que empezar de nuevo...

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