martes, octubre 23, 2007

Requiescam in pace


Dos grandes personas han muerto en este último fin de semana... Los dos, muy cercanos a mi. Los dos, grandes influencias durante mi vida.

El uno, en mi infancia, a modo de hermano mayor, jamás le olvidaré. Fuimos amigos de la infancia, nuestras trastadas no tenían fin. Siempre recordaré su sonrisa y su tremendo carisma. Siento aquel pequeño "desaguisado" que monté en tu casa aquella vez. Si, cuando me invitaste a dormir. Ningún amigo me ha invitado a dormir en su casa, que recuerde. Sólo tú.

El segundo, enorme referente especialmente en mi vida adolescente y universitaria, es muy conocido. Es un hombre de masas, aunque a el no le debía gustar esa denominación. Miles de personas seguían su voz en las noches vívidas y terroríficamente entretenidas de Turno de Noche y la Rosa de los Vientos. Se trata de Juan Antonio Cebrián. Cuando otros chicos tenían a grupos de rock como su principal referente vital, el mio era Cebrián.

Fin de semana trágico, sin duda. E inesperado... Sirva este papel electrónico para honrar su recuerdo...

Enrique... fue una putada y una injusticia tu muerte. Estés donde estés, si estás, tan sólo deseo que te reúnas con mi ya gran lista de muertos cercanos y que juntos encontréis un paraíso sin frustraciones ni amarguras. Ojalá haya alguna manera de recompensar el abandono temprano de una vida como la tuya... ojalá.

Juan Antonio Cebrián... este murciélago encenderá una vez más la radio como rito ancestral y, a modo de psicofonía, espero encontrarte con esa voz fuerte y cercana con que siempre nos dabas la bienvenida a un programa que ya formaba parte de mi existencia más íntima...




Gracias a los dos, por todo. Ojalá podáis recibirme los dos al mundo ultraterreno cuando haya finalizado mi existencia. Fuerza y honor, Cebrian, Enrique, vosotros siempre viviréis en mi memoria. Esperadme en el Eliseo.



Y ahora unos minutos musicales. A Enrique le pegaba algo más clásico, en linea con sus estudios musicales que llevó a su máxima expresión:



Para Cebris cualquier música de los años 80, década que debió significar mucho para él. Aunque me he decantado por Life is life, de Opus, por su optimismo y su ligero toque de conformismo. Esto es la vida y nadie lo va a cambiar. Y su reverso es la muerte. Por desgracia no hay manera de evitarlo.

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